jueves, 30 de agosto de 2007
Máximas
domingo, 26 de agosto de 2007
Esa es la cuestión
Era una tarde agradable.
Hubiera sido perfecta si no me hubieran hecho esa pregunta:
-¿Tenés El señor de los anillos? Es una investigación sobre las Olimpiadas.
Ya había dado un paso hacia el estante donde estaban los libros de Tolkien, cuando me detuve.
El cliente me miraba sonriendo, había disfrutado cada centímetro que avancé en vano. ¿Un ensayo sobre las olimpiadas que se llame así? No, no teníamos.
Y el cliente se fue, satisfecho.
Nunca supe si ese libro existía realmente.
Hoy alguien se acerca y me pregunta:
-¿Tenés El Hobbit de Shakespeare?
Y yo sé que esas dos preguntas guardan alguna relación. Se que Dios me está enviando un mensaje, pero no soy digno de verlo. Perdóname Padre porque no lo he pescado.
jueves, 23 de agosto de 2007
Ficciones
Lo que sigue a continuación es un cuento, algo atípico en este lugar. El Capitán Burton pide disculpas de antemano. Espera de esta forma acallar esas voces que reclaman un libro de su autoría.
La única finalidad es la de rendirle una suerte de homenaje a aquellos que tan generosamente han puesto un link al costado de sus bitácoras o que han reseñado alguna vez las anécdotas que aquí se cuentan.
El Capitán Sir Richard F. Burton sabe que han quedado muchos excluidos, y lamenta profundamente no tener el ingenio suficiente para poder incluirlos a todos, sin que el cuento se haga más extenso de lo que ya tortuosamente es.
Para una lectura más ágil, es recomendable hacer los correspondientes clics después de haberlo leído.
Una última pero necesaria aclaración. Dado que es una ficción, los personajes pueden no guardar relación con la persona vinculada. Espero nadie se ofenda.
A Link, y no precisamente Daniel.
El hombre consulta su reloj. La puerta del bar se abre. Le hace un gesto al recién llegado, indicándole que se siente en su mesa.
-Sí, soy yo. El que lo llamó, el que le dijo aquello.
El mozo se acerca y deja otro cortado y una lágrima.
-Verá, Patricio, no quiero que se asuste, pero lo hemos estado observando. Que usted suele venir a este lugar todos los días, sentarse en esa mesa junto a la ventana, y leer el diario mientras toma una lágrima antes de ir a trabajar, ya se habrá dado cuenta que no nos es desconocido. Aunque a usted le parezcan simples detalles, este tipo de datos son la base de todo el funcionamiento de nuestra organización. Ya sé, Patricio, todo es confuso y usted está pensando en levantarse. Le aconsejo que se quede unos instantes más. Tome su lágrima, antes que se enfríe.
Le decía, la organización funciona recopilando datos. Son grupos de treinta y seis personas para ser más precisos. Pero vayamos despacio. La actividad principal es la observación. Por ejemplo, usted entró aquí y miró todas las mesas hasta que yo le hice señas. ¿Notó que, por ejemplo, detrás de nosotros se encuentra sentada una pareja? Ambos con remeras similares, aunque la de ella es rosa y la de él celeste. Ella está abrazándolo y él lo más seguro es que en unos instantes la bese. No hace falta observarlos demasiado para darse cuenta de ello. Pero si usted dispusiera de personas que tomaran datos continuamente, sabría que a ella en unos instantes le sonará el celular, y que se tratará de una oferta de trabajo, una traducción para ser más precisos.
Sabría también que aquella madre que camina apurada, llevando a sus hijos de la mano, es una escritora, y que en este preciso instante en su cabeza está escribiendo el tercer capítulo de su novela.
Que el hombre que está sentado un par de mesas a la izquierda tiene puesta debajo de la camisa una remera de una banda de rock. Que esa chica que lee a Kundera obtuvo el libro de una forma particular.
O que aquél hombre que usa sombrero es en realidad esquizofrénico y tiene por lo menos tres personalidades.
Pero estimado Patricio, no se deje engañar, no nos dedicamos solamente a investigar las vidas. El pasado no es exactamente lo que nos preocupa.
En algún momento la organización descubrió que hay ciertas pautas que tienden a repetirse. Ciertos comportamientos que son inherentes a cada persona y que son difíciles de evitar. Una articulación correcta de esos datos nos ha permitido predecir algunos hechos.
Por ejemplo, mire usted a aquella persona que se dirige a su trabajo. Mírela bien. De un momento a otro se agachará a atarse los cordones. Nos es imposible saber en qué lugar exacto lo hará, pero le aseguro que será en esta cuadra. Hay algo en esta geografía, en este tramo de la avenida Córdoba, que le dispara algún recuerdo, algo imperceptible incluso para él mismo, pero que se repite siempre. Ahí lo ve, ahora mismo se ha agachado. Le aclararé que la organización desconoce en absoluto la compleja arquitectura de la mente, pero eso no impide que pueda sacarle provecho a esos oscuros procesos que la dominan.
Ya veo, esto le parece poca cosa. ¿De qué puede servirnos este simple y rutinario hecho? Pues vea que la organización cada tanto, hace pequeños ajustes. ¿Qué hubiera pasado si una cuadra antes, alguien se hubiera acercado para decirle que tenía los cordones desatados? Ya ve. No hubiera frenado en esta cuadra, hubiera seguido caminando y para la organización esas intervenciones pueden ser determinantes.
Usted se pregunta por qué treinta y seis personas, por qué no cuarenta, o cincuenta o cien. La experimentación nos ha llevado a esa cifra. Con menos no se obtienen datos suficientes, con más el mismo grupo de observación comienza a influir sin saberlo en los comportamientos de las personas.
No le voy a mentir. La organización existe desde hace ya mucho tiempo, pero la tecnología ha hecho que nuestros pronósticos sean cada vez más precisos. Tenemos gente especializada que analiza y computa los datos.
Usted no cree lo que le digo. He visto que ha querido levantarse varias veces del asiento. Supongo que lo que le dije por teléfono lo ha hecho quedarse. Pues bueno, sepa que aquello fue solo una mentira. Nada de lo que le he dicho por teléfono ha sido cierto. Pero tenga por seguro que desde el momento en que se sentó en esta silla, solo le he dicho la verdad.
Entiendo que reaccione así. Créame que lo entiendo y no, no estoy loco.
¿Qué para qué le he dicho todo esto?
Patricio, le he dicho esto porque… -el hombre consulta su reloj, una mujer pasa por la ventana del bar, una mujer que es una más entre todos los que caminan en esa ciudad- Porque necesitaba decírselo. Sabe… además no lo he retrasado demasiado, casi a esta misma hora usted estaría saliendo hacia su trabajo. Veo que se levanta. Está bien. Me parece justo –en la mesa de atrás suena el celular, la chica de rosa dice que sí, que acepta el trabajo con gusto-. Solo le pido que me escuche unos segundos más, solo un momento. ¿Sabe por qué le he dicho todo esto, por qué le he contado esta historia? Porque usted Patricio, usted iba a salvarla.
De afuera llega el ruido de un auto que intenta frenar, el grito de una mujer, y el terrible ruido del cuerpo al chocar contra el asfalto.
lunes, 20 de agosto de 2007
Silogismo
Aristóteles pronuncia estas palabras mientras el sol quema su frente:
"Todos los hombres son mortales..."
Y una construcción sólida de silogismos y sabiduría es erigida a sus espaldas.
2360 años después una clienta dice esto:
-"Ay... este autor, este chileno que no es Saramago".
(Y por más que le doy vueltas y vueltas creo que de su boca solo ha brotado la Verdad. Es un autor chileno, que además, y por las dudas aclara, no es Saramago. Y bien podría agregar, ni mi vecino, ni el verdulero, ni aquél que pasa por la puerta... y así indefinidamente).
jueves, 16 de agosto de 2007
Elige tu propia aventura
lunes, 13 de agosto de 2007
El pintor de batallas
Por lo general rehúyo a los encuentros sociales, pero cada tanto es necesario olvidarse del trabajo, de los clientes y de los pedidos insólitos.
En la reunión se encontraba gente disfrazada.
A mi lado pasa una elegantísima Frida Kahlo, que cautivaba a todos aquellos que la veían.
Sus trenzas ya se estaban perdiendo entre la gente, cuando escucho:
-¡Frida, Frida! ¡Yo leí todo lo tuyo eh, leí todo lo tuyo!
Boquitas pintadas
Eran las vísperas de algún feriado.
Entre envolver los libros y pasar las tarjetas apenas si levantaba la vista.
Hasta que pasó lo inevitable:
(hablándole a la cajera mientras cortaba el papel de regalo)
-¿Le cobrás a la señora?
-Te agradecería que me llames señor.
Entonces levanto la vista y me doy cuenta que eso que veía con el rabillo del ojo, esa silueta colorida con un pañuelo atado al cuello era efectivamente un hombre, aunque su voz afirmaba lo contrario.
viernes, 10 de agosto de 2007
Arcanos Mayores
Caminaba rápido, acomodándome la barba postiza y los anteojos negros.
Cuando estaba llegando miré una vez más el anuncio:
"Tarot: tu futuro por $100"
Puse una mano en el picaporte.
Un aroma a sahumerio traspasaba la puerta.
Respiré profundo.
Cuando ya estaba por cruzar el umbral, lo pensé dos veces y pegué la vuelta.
¿Por qué pagar $100 a una tarotista, si con el mismo billete puede tener estas cinco magníficas visiones del futuro?





miércoles, 8 de agosto de 2007
Las buenas maneras
Que de una vez por todas se deje de lado ese snobismo que pondera una biblioteca hasta el techo y mira con recelo la antena satelital.
Debería haber televisores en todos los negocios.
Y las librerías no deberíamos quedarnos al margen.
O quizás...
los televisores ya estén en nuestras cabezas,
encendidos todo el tiempo,
y no haya forma de apagarlos.
-¿Dónde están los libros de ceremonial?
-Por acá.
-Ah, no los encontraba. Y decime ¿hay uno de Mirtha Legrand, no?
martes, 7 de agosto de 2007
Crónica de un enigma
En la Biblioteca Nacional, en el quinto piso, dentro del tomo 17 de la enciclopedia Espasa-Calpe, en la entrada correspondiente a CHARTRES, se encontraba la siguiente postal junto a tres vales para tomar el café (la postal es de Grecia).

en el reverso estaba escrito el siguiente texto:
Ariadna,Y adjuntado estaba el siguiente mapa:
¿Es el minotauro realmente la bestia,
es contra él con el que debemos luchar?
Lo siento temblar bajo el filo de mi hoja
y tengo la sensación que los dioses solo juegan con nosotros.
He marcado el camino con el hilo que me has dado,
a veces pienso que lo he hecho, no para encontrar la salida,
sino para que alguien me detenga antes de dar el trágico golpe.
Oh Ariadna, si alguien así lo hiciera, deberá ir allí donde mi puñal señala. Escondido, debajo, se encuentra mi último legado.
Teseo

En el Museo Nacional de Bellas Artes se encuentra la escultura que está en el mapa. La espada señala a un banco en una sala adjunta. Escondido en ese banco se encontraba el siguiente sobre (como podrán observar, es el que se usa en la Catedral de Chartres para dejar las donaciones, espero que Jesusito no se enoje por haberme llevado ese souvenir en el año '99).

En el sobre se encontraba el número del guardarropa donde, finalmente, estaba el libro.
Muchas gracias a todos por participar y por hacer el seguimiento al enigma.
Los saluda
Capitán Sir Richard F. Burton
Contribuciones
lunes, 6 de agosto de 2007
Dinámica del Enigma
- En el texto anterior del minotauro se esconde un mensaje.
- Ese mensaje permite acceder a otro texto que invita a recorrer el laberinto el día martes.
- Una vez dentro del laberinto habrá una pista que deberá tomar aquel que llegue primero. Esa pista lo llevará a otro lugar donde lo espera el obsequio (solo debe tomar esa pista, el resto de las notas debe dejarlas).
- Esas notas serán para las siguientes tres personas que lleguen. Cada una tendrá un premio consuelo, un vale para tomar un café con leche con medialunas en un café cercano.
- Aquellos que lleguen más tarde solo encontrarán una nota avisando que el enigma ha finalizado.
domingo, 5 de agosto de 2007
Enigma
Una ayuda.
Imprimirlo es de gran utilidad.
(Hacer click en la imagen antes).
En el centro del laberinto, un libro está a la espera de su Teseo.