Intoxicados

Yo sé que son libros infantiles.
Que la editorial es políticamente correcta.
Que los patos son de lo más tiernos.

Pero no puedo dejar de pensar que esas extrañas miradas son producto del cuidado de ciertas plantas.

La telaraña adictiva

Todas las disciplinas, tarde o temprano, caen en las oscuras redes de la autoayuda.
Lo hizo la literatura.
La filosofía.
El management.
Los libros infantiles.

Así que no creo que llame la atención si pongo una mesita a la entrada de la librería, con un paño de terciopelo y una bola de cristal.
Junto a un sahumerio encendido un cartelito rezaría:

Adivinación de títulos de libros y autores $5

-Me recomendaron este autor, eh... Kundor Mores, Jundor Mores.. (Sandor Marai).
-Eh... el libro este... el único dato que tengo es Jonathan (Todo está iluminado de Jonathan Safran Foer).
-Busco un libro... es de un violinista... sobre creatividad (Free Play de Stephen Nachmanovitch).

El muro

Algún día tendré que legar mi oficio, explicar los detalles y pormenores del asunto.
Hijo mio, esto que ves es una pared, no intentes atravesarla.

-Hola qué tal? Busco Bodas de sangre.
-Alguna edición en particular?
-Eh... sí. La de Quiroga.
(Respiro hondo, hago caso omiso de lo que dijo).
-Hay varias editoriales, te pidieron alguna editorial en especial?
-De Quiroga.
-Tomá esta.

(Le doy Bodas de sangre de García Lorca, de editorial Losada y rodeo este obstáculo, hasta mi próximo cliente)

Sensatez y sentimientos

No me molesta que me pregunten cada dos minutos si lo tengo.
No me molesta que hagan cola.
No me molesta el fetichismo que genera.
Me importa muy poco si lo leyeron veinte veces, en inglés, en castellano o en sefardí.
Apenas si me afecta que compitan por quién lo hizo más rápido.
Quién se quedó toda la noche despierto.
Quién tiene la bufanda más parecida.
Quién tiene una cicatriz en la frente.
Nada de eso me importa.
Lo que realmente me molesta,
lo que considero una traición,
es que yo también sentí un cosquilleo de emoción al abrir esta caja.

Recomendación

Cada tanto entra algún turista pidiendo libros de autores argentinos. Para-practicar-el-español.
Y yo siempre voy derechito a la pared de literatura. Paso delante de Borges, de Bioy, de Rivera, de Saer.
Y agarro a Fontanarrosa.

No hay mejor homenaje que leerte.

Parentescos

El snobismo repele a cientos de posibles lectores que huyen al ver las estanterías abarrotadas de libros.
Quizás la gente leería más si la literatura tuviera mejor marketing.
Y cuando digo mejor marketing no digo otra cosa que un programa de chimentos en la televisión.
Entrar a una librería es entrar a un mundo de romances y linajes literarios.

No se pierda estas historias en nuestro próximo programa, a las 15hs, después de la novela de la tarde.

casado con

hijo de

madre de

casado con

casado con

casada con

Creatividad se busca V

Quizás habría que sacar también una cartera con esa imagen estampada, un perfume, y una minipimer. El combo perfecto para el día de la madre.

La primera imagen es del libro Inés del alma mía de Isabel Allende. La segunda es del cd de Aute Alevosía.

Proyectos

Todo librero sueña con ser editor en algún momento.
Conocedor del mercado, se sabe un ser idóneo, aquél de cuya imprenta sólo saldrán éxitos de venta.

Denme un poco de tinta y garantizo estos best-sellers:

(En la línea de La inteligencia emocional)
"La Psicología Estomacal: aproximaciones al complejo del hipo"

"El Pánico", de Kundera
(en la vidriera un cartel bien grande rezaría: KUNDERA EL PÁNICO!)

Y una edición del Kama-Sutra con siluetas articuladas e imantadas. Para pegar en la heladera y repasar antes de ir a acostarse.

Impresiones

Siempre me gustó cómo cambian los libros una vez que han sido leídos.
Antes eran un objeto extraño, ajeno, desconocido.
Pero luego de compartir noches de lectura, se vuelven parte nuestra y uno los mira con otros ojos.
Hasta uno podría decir que el título cobra otro significado.
El editor de este libro opina exactamente lo mismo.

Verdulería

Y si mejor pongo una balanza y vendo los libros por kilo?
-Le doy medio kilito más de Chiche? y a la Iliana, la probó a la Iliana? Tenga, lleve un poquito, va a ver que su esposo queda encantado.

El lector

En esta entrada podrán dejar comentarios sobre libros leídos. Cada uno podrá sacar al crítico literario que lleva dentro.

Incubus

Yo tendría que haberme dado cuenta desde el principio que había algo raro.
Pero la emoción no me dejaba pensar.
"Tomá. Las llaves de tu propia librería, que la disfrutes". Me dijo, antes de desaparecer.

Y entonces entré.

Sobre la primera mesa colgaba un cartel:
"No nos interesa su vida, pida el libro".

Vi, a mi derecha, a un empleado que le ponía una cabeza de burro a una persona. Me saludó y me explicó que era un cliente que no sabía el título del libro que buscaba, y en seguida se fue, obligándolo a caminar así por toda la librería.

Seguí avanzando hasta llegar al sector de suspenso. Un empleado ponía fajas en los libros: "fue la esposa" "la mató el vecino" "mueren todos". Interrumpió su tarea para saludarme con una sonrisa mientras le decía al oído a un cliente "está bajo la pirámide del Louvre", y me guiñó un ojo al decirlo.

Perplejo me dirigí hacia infantiles. Mientras caminaba vi que en el sector de autoayuda no había ni un solo libro. Solo un gran espejo con una inscripción que decía "Usted es ridículo".
Al llegar vi que las estanterías para chicos estaban todas cubiertas con alambres de púas, y que a los padres se los encadenaba a sus hijos.

Corrí a la caja. Los clientes eran despojados de todo su dinero y, a escondidas, bajo el mostrador, se les cambiaba el libro, dándoles lo contrario a lo que habían elegido.

Durante horas eran burlados, maltratados, ridiculizados.

Cuando la persiana cayó como una guillotina sobre el último cliente -aquél que se había quedado después del cierre-, me desperté sobresaltado.

-Tuviste una pesadilla? -me preguntaron.
-No... fue solo un sueño, un sueño de lo más hermoso -dije, mientras una lágrima rodaba por mi mejilla.

Antes del fin

Será así? será que la gente ha perdido completamente los
cabales? A veces pienso que ya no hay salvación, que
hemos sido condenados y que la librería no es más que
otro oscuro rincón del Averno.
Lair Riberio, Saint Germain, Louise Hay, y Osho son
en realidad los cuatro jinetes del apocalipsis. El
mundo ha llegado a su fin y todavía no nos hemos enterado.

-Hola, busco un libro de Cábala... de Reina Reech.

Contribuciones

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