Va a ser la mejor vidriera de todas. No sé por qué todavía nadie lo hizo.
Veo los demás negocios con sus maniquíes mostrando la ropa y me digo que en la librería también debería funcionar. Algún día voy a sacar todos los libros y voy a poner un sillón con un maniquí sentado, leyendo el libro que quiero destacar.
La gente va a pasar y va a decir: "qué lindo le queda el libro, qué ganas de leer me dieron", y entrará corriendo a comprar su novela.
Sí... ya la estoy viendo. Quizás agregue una chimenea a un costado y algún perro de porcelana mirando a su amo.
La vidriera ganará premios, me harán notas en los diarios y hasta quizás escriba un libro sobre el tema.
Ya estoy a punto de traerme el sillón de casa cuando me imagino lo que va a pasar:
-Tenés la camisa del que lee el último de Paul Auster, pero en verde?
-Cuánto cuestan los jeans?
-El perrito... está en venta?
-Tenés "El Quijote", pero en otro talle?
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y Dios vio que estaba bien. El verde de los árboles, la altura de las montañas, el croar de las ranas. Todo era armonía. Y entonces Dios creó el primer mostrador... y una hueste de clientes surgió de las tinieblas. Y Dios calló y el mundo ya nunca fue el mismo".
sábado, 7 de abril de 2007
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8 comentarios:
Capitan, le comento que algo así sucedió en la realidad. EUna vez hicimos una vidriera conjunta con el café que está dentroo de la librería. La idea marketinera era que la gente vea que la librería y el café iban de la mano. Entonces se hizo una exhibición con una mesa, un par de silas, un cartel nombrando la parte gastronómica y un cartel nombrando la librería. Arriba de la mesa se colocaron un croissant, una taza de café con espumita falsa, y un libro llamado "1001 muffins", que por supuesto no estaba en el catálogo nuestro.
Y si, obviamente, más de una vez, nos pidieron ese libro, obligandonos a aclarar que solo era parte de una "genial" estrategia de venta, y que no lo teníamos.
"Y para que exhiben algo que no pueden vender?" fue la obvia y atinada pregunta de un par de clientes.
Aunque pensándolo bien, en este caso, tenían razón.
A veces pasa...
Estimado Capitán, no tendrá usted en la librería que tan dignamente dirige, un libro de autoayuda para enfrentar la adicción que su blog genera?
Nuevamente he llorado de risa
Atentamente ...
qué lindo empapelado, me encantaría uno igual para mi casa, sí sí.
No tendrian los anteojos que lleva puesto el maniqui, pero para protegerme del sol?
Capitán una preguntita, hacen libros a medida?
el corte del de la vidriera no me que da bien.
En realidad la idea es genial, me imagino la escena y ya me transmite la paz de estar en el sillón re tranqui leyendo...
lástima que por los golpeados que hay en la vuelta no podemos ver ese estilo de cosas por la calle.
Saludos.
disculpe no tendría el Ulises de Joyce pero en una encuadernación estilo vintage que combine con estos zapatos que llevo puestos? besos entrerrianos de otra adicta a su blog
Perroxido: en esta el enemigo tenía razón. Supongo que el libro fue elegido por la gente del bar, bajo la consigna "ven un libro de muffins y corren a comprar uno".
Cocineros: muchas gracias. Creo que hay un libro que dice que si se frotan un péndulo con la luna en cuarto creciente mientras recitan algún mantra sagrado se les pasa la adicción. Por las dudas no lo hagan.
Eleanor: Creo que el empapelado de Chopra sería un boom de ventas.
Galo: Aunque usted no lo crea hay gente que nos ha preguntado si no teníamos un servicio de préstamo de anteojos para leer los libros, porque se habían olvidado los suyos. Y fue más de una vez.
Anónimo: Para usted tengo un Saramago que le va a quedar una pinturita.
Noel: Algún día juntaré fuerzas y la armaré de verdad.
Anónimo: Muy bueno. Más arriba tiene la receta para curar la adicción (Dios no quiera que lo haga).
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