"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y Dios vio que estaba bien. El verde de los árboles, la altura de las montañas, el croar de las ranas. Todo era armonía. Y entonces Dios creó el primer mostrador... y una hueste de clientes surgió de las tinieblas. Y Dios calló y el mundo ya nunca fue el mismo".
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2 comentarios:
Supongamos que hoy fui a una librería. El nombre de la librería es "x", o mejor dicho y más precisamente "y". Esta librería queda en un shoppin. Y en muchos puntos de Buenos Aires y el país. Supongamos que llevaba $20 en el bolsillo e iba -optimista yo- con la idea de llevarme algún librito. Pensaba en los poemas humanos de Vallejo. Primera dificultad: no lo tenía. Entonces decidí mirar por mi cuenta: había algunas novedades en libritos de bolsillo, como un libro de Bellow, uno de Roth y tal vez El segundo sexo de Simone de B. (nunca pude escribir bien su apellido). Ahora bien, el problema era que yo tenía nada más que veinte pesos. Y el de Roth y el de Bellow costaban $22 y no podía pedirle fiado a la librera por más las ganas me carcomieran. Mi oportunidad era un novedoso libro de Andrés Rivera, muy muy minúsculo, que había contemplado en un estante apartado, como oculto. Pero para mi sorpresa, costaba $34. Es por eso que ya no quiero entrar más a estas librerías: siempre salgo triste, amargado.
Hermoso el blog.
Lo que sigue, lo escuché de una maestra mientra guiaba a sus alumnos por la última Feria del Libro de Córdoba Capital:
"Chicos, recuerden la consigna, los libros no son ni para tocar ni para abrir, solo se miran y recuerden de qué manera están exhibidos..."
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