"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y Dios vio que estaba bien. El verde de los árboles, la altura de las montañas, el croar de las ranas. Todo era armonía. Y entonces Dios creó el primer mostrador... y una hueste de clientes surgió de las tinieblas. Y Dios calló y el mundo ya nunca fue el mismo".

viernes, 27 de junio de 2008

El hombre que calculaba

Todo librero es un matemático en potencia.
Ante cada pedido de un libro, en su cerebro se disparan los algoritmos necesarios para dar con la solución adecuada.
Su cálculo clienteril está compuesto de datos tan fundamentales como los siguientes:

  • grado de dificultad en formular la pregunta
  • mirada perdida
  • vaguedad en los gestos de la mano
  • desorientación al entrar a la librería
  • tono de la voz
Estos elementos son conjugados con los libros que tuvieron prensa últimamente y con los autores más pedidos.
A los ojos de un simple mortal, estas operaciones parecen sencillamente magia.

-Busco un libro de un ensayista japonés. Algo así como Besos en la noche.
-¿Ensayista o novelista?
-¿Por qué? ¿Cuál me decís?
-Murakami, fíjese en la mesa de allá.
(Al rato vuelve con Tokio Blues en la mano).
-¿Era ese?
-Sí. ¿Te dije cualquiera, no? Je je je.

12 comentarios:

Henrieta R. Hipo dijo...

Por lo menos reconoce que dice una estupidez. Nunca había leído a un cliente que dijera eso en este blog.

Saludos

malena dijo...

Jaja, estaba por comentar lo mismo de Jes, creo que es el primer cliente que también se ríe de si mismo!

LolaPapallona dijo...

Bueh... si te cuento la historia del amigo que me pidio que le regale "un metro de libros" porque tenia una estanteria vacia que queria llenar con estos, que?


En fin, menos mal que yo cuando voy a pisar una libreria, o bien voy con la idea fija o bien voy a perderme y ver con que salgo...

Anónimo dijo...

pst! la nunca y bien ponderada Regla de Tres Simple!

Anónimo dijo...

yo creo que ese cliente es lector de este blog, por eso su reacción.

ShopGirl dijo...

Ayer un amigo me dijo que lea ese libro.

Ja que casualidad.

Beso grande.

Natalia J. dijo...

Capitán, me ha superado. Yo jamás hubiera hecho tan brillante cálculo.
Felicitaciones!

Tomoyo dijo...

No tanto con libros...pero si con peliculas, actores, etc...mi señora madre me ha entrenado por años en esta clase de calculos para saber de que estaba hablando o de quien queria hablar...en fin...eso me pasa por estudiar direccion de cine
Besos, saludos, lo que sea

Tomoyo dijo...

No tanto con libros...pero si con peliculas, actores, etc...mi señora madre me ha entrenado por años en esta clase de calculos para saber de que estaba hablando o de quien queria hablar...en fin...eso me pasa por estudiar direccion de cine
Besos, saludos, lo que sea

Mariana dijo...

Mi niño cumplió 5 años hoy, y yo, como buena lectora que disfruta iniciando en el vicio a los demás, le compré unos libros para niños sobre bomberos, un tema que lo viene interesando mucho.

Ni bien puse un pie en esa librería del microcentro, me acordé del Capitán y rogué pasar desapercibida para no protagonizar ninguna anécdota de empleados de tienda en un blog de por ahí.

Lo que se dice cola de paja.
Sí, sí.

:P

Timide dijo...

Trabajar en una librería tiene sus privilegios, pero sí, cualquier trabajo de atención al cliente rompe infinitamente las pelotas , he estado ahí.
Igual es más frustrante ir con el nombre y el apellido de un autor y que el vendedor (no librero, no cualquiera puede ganarse ese título) que sólo tiene que fijarse en una base de datos si tiene stock, al pedirle algo de Marguerite Duras me ofrezca un libro de una tal Marguerite + apellido eslavo.

Andrea dijo...

timide: o que vayas a comprar "el día que nietzsche lloró" y te vayas con "el día que Kirchner lloró" bajo el brazo.

En fin.
He leido este blog de principio a fin (casi) de corrido (casi).
Salud