"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y Dios vio que estaba bien. El verde de los árboles, la altura de las montañas, el croar de las ranas. Todo era armonía. Y entonces Dios creó el primer mostrador... y una hueste de clientes surgió de las tinieblas. Y Dios calló y el mundo ya nunca fue el mismo".

miércoles, 9 de diciembre de 2009

VI

“También éste –decía la nota de Burton- ha sido uno de los lugares oscuros de la tierra”.
La primera vez que la leí no supe a qué se refería. Imaginé que la habría escrito mirando por la ventana, en ese estado de odio y melancolía que lo caracterizaba. -Los atardeceres en la casa de Burton se duplicaban en paredes descascaradas y amarillas-. Pero ahora que todo terminó, ahora que descansa bajo la tierra de otro continente, pienso que quizás hablaba de si mismo, de las tinieblas que se habían instalado en su corazón y no lo abandonaban.
Siete meses atrás dejé todo y salí en su búsqueda. Pensé, ingenuamente, que podría encontrarlo y hacerlo entrar en razón. Ingenuo por partida doble. Burton estaba siempre un paso adelante. Escuchaba hablar de él constantemente durante el viaje. Historias fabulosas de un hombre que parecía crecer con cada paso que daba.
Sobre hacerlo entrar en razón, no podría haber anhelado algo más irreal. Cuando finalmente pude encontrarlo –pero esto es adelantar demasiado la historia- Burton ya no era un hombre. Se había convertido en la idea de un hombre, en algo mucho más grande, como el mal o la verdad.



* Inspirado en El corazón de las tinieblas de Conrad

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Semper fidelis.

ShopGirl dijo...

Oh.

Anónimo dijo...

Como no me avisaron de ningun velorio supuse que aun continuaba con vida... pero su ausencia me ardia como una herida con sal...

alicia camilloni dijo...

Porqué ésa obsesión por Burton, es tal vez un fantasma del pasado? es un deseo de encontrarlo y perderlo al mismo tiempo? o reminisencias de un padre castigador, tal vez alguna vez lo explique...

Coach Outlet Store Online dijo...

Se había convertido en la idea de un hombre, en algo mucho más grande, como el mal o la verdad.