"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y Dios vio que estaba bien. El verde de los árboles, la altura de las montañas, el croar de las ranas. Todo era armonía. Y entonces Dios creó el primer mostrador... y una hueste de clientes surgió de las tinieblas. Y Dios calló y el mundo ya nunca fue el mismo".

viernes, 15 de febrero de 2008

Priviliegio

La verdadera librería está vedada. Solo los libreros la conocemos. Ningún cliente ha posado sus ojos sobre ella. Por más que crean verla, por más que digan en voz alta "oh qué hermosos libros que hay aquí", nunca llegarán siquiera a atisbarla.
Las mejores novelas, las ediciones más extrañas, las más codiciadas, nunca tocan las estanterías. Aquel ejemplar, completamente agotado, que cada tanto aparece de forma milagrosa en medio de una caja, termina infaliblemente en las manos del librero.
Así que entrad, oh viles mortales, al simulacro de librería, y revuelvan las migajas que les dejamos.

22 comentarios:

Cassandra Cross dijo...

Por eso siempre quise ser librero :-)

Saludos, Capitán!

Paula dijo...

Lo sospeché desde un principio.

JM Bouthemy dijo...

¡Lo sabía! Hace muy poco tiempo, me enteré de que había una librería de una cadena que contaba con dos copias de un libro de Wolfe en todo el país. Me fui corriendo a una de las sucursales y, después de revisar y revisar, una simpática empleada me dijo que creía que lo tenían en el fondo. Al escuchar estas palabras su compañero (¿superior?) le dijo que no, que no lo tenían. Ella insistió. Y el contestó: "no, está reservado para OTRA persona". Y eso que rogué y rogué. Ella parece que comprendió algún gesto del amigazo pero a la vez se compadeció de mi necesidad. Y me consoló con un: "puedo anotar tu nombre y teléfono, e intentar traértelo desde una sucursal en Tucumán". ¿La calle?, pregunté yo. "No, la provincia". Pensé que todo estaba perdido, pero habrán pasado unos diez días y la llamada ocurrió, y luego el libro llegó a mis manos.
Moraleja: (leer el post de Sir Burton más arriba).

Anónimo dijo...

Siempre quise estar en esa logia...
Peor me conformo con leerlo, Capitán.

Natalia J. dijo...

es tan cierto...

aBus dijo...

Por eso decidí que voy a buscar trabajo en una, un trabajo que sirva como experiencia para un futuro proyecto de tener mi propia librería.
No soportaría morir sin antes haber posado mis ojos sobre la verdadera librería.
Salud, Capitan.

ojos de suri dijo...

Tan tan tan verdadero!!!
(es un vicio comprar tooodos los libros imposibles, raros, agotados, de rebaja, etc. por más que no tengamos lugar en casa, o sepamos que quizá nunca los llegaremos a leer...)
es inexplicable no comprarlos... son una joyiya.

Saludos, Capitán. Una contentura su vuelta!

Daniel T. dijo...

..Bueno, en realidad los libreros jamas comprariamos un libro buscadisimo en una libreria..
Aguante el Parque Rivadavia ! (y algun sucucho de la calle corrientes)
Saludos Capitan, hace mucho que no le escribia...

Anónimo dijo...

Trabajo en la librería más grande de BsAs. Nunca llega al salón ningún libro de Pavese sin que antes haya pasado por mis manos; y los que llegan, es porque ya los tengo...

The executioner dijo...

Siempre lo supe, y acabo de convencerme de presentar mi currículum en la primera librería / biblioteca que me cruce mañana camino a la facultad. Gracias.

Jime Ardini dijo...

y doy fe de que es asi...

Lorena dijo...

Trabajo en una de las grandes cadenas de librerías desde hace varios meses y puedo decir que los estantes de mi casa jamás habían estado tan completos como ahora... sin querer exagerar, no imagino cómo podría enfrentar la abstinencia a semejante vicio si algún día dejo de trabajar :-)
Saludos!

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

me lo imaginaba...

Maguitxu dijo...

Simetría en el desconsuelo:

"Las mejores novelas, las ediciones más extrañas, las más codiciadas, nunca tocan las estanterías."

Me suena más a maleficio reversible que a ventaja fanfarrona.

A toda librería le va a faltar un libro maravilloso, de alguna verdadera biblioteca, que está vedada.

Quisá sólo los libreros sepan de esa colección de leyenda que está incompleta, o de esa edición imposible, pero...sólo ustedes conocen el sufrimiento de nunca poder tenerla.

Fender dijo...

Yo haría lo mismo...

Anónimo dijo...

es cierto.
los libros raros, los que no se van a conseguir, los que bajaron de precio, todos, van a parar a NUESTRAS manos.
ja ja ja

Anónimo dijo...

Y lo mejor es cuando a un incauto novato se le ocurre "hacer limpieza" en el apartado del jefe.

Oportunidad para los libreros de segundo "filtro"... condena para el novato jajajaja

Mariana dijo...

Es cierto.

Como también es cierto que todo librero muere... y sus voraces herederos que no tienen puta idea de lo que hacen venden los tesoros de papel por a un peso el kilo.

Y entonces yo que soy ratón de biblioteca puedo comprar una edición viejísima de La rebelión de las Masas, de Ortega y Gasset de tapa dura y con dedicatoria escrita a pluma... por módicos dos pesos en un puesto de la feria.

Y corro felíz a casa a deleitarme con el olor dulce del papel viejo.

Ignacio Perez dijo...

Por otra parte, por suerte no todos los libreros son libreros y me ha pasado de preguntarle inocentemente al dueño de una librería de Villa Gessell cuánto costaba la edición de Belles Letres de De Legibus (no con esas palabras, sino más bien: "cuánto cuesta éste") y recibir como respuesta: "ah... Ése está en francés ¿no? Cinco pesos."

Anónimo dijo...

jajaja por eso mismo desde chica siempre quise trabajar en una libreria!! Saludos!

Maga DeLin dijo...

Cierto!

Pobres crédulos!

la vecina dijo...

yo sabía, yo sabía!! rechangos!
(qué hago laburando de secretaria en un consultorio odontológico, vive diossss?!
saludos oh captain, our captain.