-Tengo una laguna, es un libro nuevo. Lo compré y regalé para las fiestas. Algo así como Gobernantes o Gobernador, ni idea de la trama.
Minutos más tarde, luego de buscar todas las combinaciones de títulos posibles y recorrer las mesas donde la señora creyó verlo, escuchamos que dice:
-¡Acá está, es este!
Y alza, triunfal, el libro Cuadernos norteamericanos de Nathaniel Hawthorne.
Dios nos tenga en su gloria, pues el fin del mundo se acerca y ya nada tiene sentido.
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y Dios vio que estaba bien. El verde de los árboles, la altura de las montañas, el croar de las ranas. Todo era armonía. Y entonces Dios creó el primer mostrador... y una hueste de clientes surgió de las tinieblas. Y Dios calló y el mundo ya nunca fue el mismo".
martes, 12 de febrero de 2008
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7 comentarios:
Benditos sean los locos porque de ellos será el reino de las librerías.
si es que logran pasar por el agujero de la cerradura.
JÁ!
no cabe duda de que cada cabeza es un mundo
Y que mundo!
A veces lo que la gente no dice, dice más que lo que dice.
Pero si estaba clariiiisimooooo!!!!!!
Ud. tendría que haber interpretado que en su pedido, la doña quiso expresar (...un-tanto-elíptica-mente, o-kay...) su agudísima visión del contexto geopolítico actual:
Gobierno hay uno sólo.
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