"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y Dios vio que estaba bien. El verde de los árboles, la altura de las montañas, el croar de las ranas. Todo era armonía. Y entonces Dios creó el primer mostrador... y una hueste de clientes surgió de las tinieblas. Y Dios calló y el mundo ya nunca fue el mismo".

martes, 10 de abril de 2007

En el nombre del padre

Una delgada línea divide al que ve más allá de la realidad, aquél que puede interpretar los signos que a la mayoría nos están vedados, del que simplemente delira. A veces esa línea está hecha de mármol y tiene una caja registradora encima.

Viene el padre con el hijo a la caja y el niño dice:

-Papá, mirá... está el libro de Sabina Oral!
-Claro hijo, es un juego de palabras...
(El niño mira con cara de desconcierto)
-Es un juego de palabras con la vacuna... Sabina Oral, sabin oral...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdón, pero ¿no es así?

Capitán Burton dijo...

Sebastián, ahora que lo dice es posible. Quizás estemos demasiado acostumbrados a escuchar con desconfianza a los clientes.
Sin embargo hay varios libros que tienen títulos similares: "Lacan oral", "Borges oral"... y siempre interpreté el título como una continuación de esa línea, sin segundas intenciones. De todas formas prefiero mantenerme en mi pensamiento que primero hay que desconfiar del cliente y recién después indagar si es cierto lo que dice.
Gracias por su comentario.

Anónimo dijo...

Capitán Burton, muy graciosa su anécdota! habría que hacer una encuesta, no? cuántos son los adelantados que pueden leer ese juego de palabras en el título del libro, porque si es así, cuál sería la justificación de ese doble sentido? mmm...
"Sabina te vacuna"

Una contentura leer este blog :)

Alexander Supertramp dijo...

Una de dos: o el tipo era un completo pelotudo (de esos que abundan por todos lados) o le resultó más fácil sacarse el problema de encima, descolocando al hijo...

Capitán, pienso volver...y después no me diga que no le avisé...
Eso sí, me gustaría que compartiera mi espacio también, si tiene ganas, claro...

Suerte!